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En la actualidad, más del 70% de la población europea vive en áreas urbanas, un porcentaje que se estima aumentará en los próximos años (ONU DESA, 2018). Esta situación supone un reto al que tendrán que enfrentarse las ciudades para resolver los impactos que la creciente ocupación de estos espacios tendrá en términos de sostenibilidad, justicia social y desarrollo económico. La cuestión alimentaria no escapa a esta realidad, viéndose afectada a su vez por la crisis sistémica en la que estamos inmersas. El sector agroalimentario se está viendo gravemente impactado por un modelo de desarrollo neoliberal, que, bajo la defensa del capitalismo y el patriarcado, se desarrolla de espaldas al territorio que lo alimenta y al margen de sus recursos biofísicos y culturales, sin tener en cuenta los costes medioambientales, sociales y económicos que conlleva. En este sentido, el actual sistema agroalimentario presenta grandes vínculos entre su dominación sobre la naturaleza y la de las mujeres campesinas, pues a la vez que separa la cuestión alimentaria del cuidado de la naturaleza, lo hace también del cuidado de las personas, atendiendo únicamente a sus objetivos de explotación y acumulación de riqueza, y desconectándose de sus responsabilidades de cuidar la vida natural y humana. En los últimos tiempos, numerosos movimientos han tratado de visibilizar esta problemática y generar propuestas para su resolución. La firma del Pacto de Política Alimentaria Urbana de Milán (2015) por un total de 167 ciudades, ha supuesto el impulso definitivo para el desarrollo de estrategias agroalimentarias urbanas, como una herramienta que contribuya hacia la evolución de sistemas agroalimentarios más justos y sostenibles. Sin embargo, para que estas propuestas favorezcan la transición hacia sociedades verdaderamente justas, es necesario que contemplen la perspectiva de género y consideren las desigualdades existentes, con el fin de plantear y perseguir objetivos que contribuyan a erradicar estas desigualdades. La presente investigación se realiza en el marco de colaboración con la ONGD CERAI. El estudio se centra en analizar cuatro estrategias agroalimentarias urbanas, con el fin de evaluar la incorporación de la perspectiva de género desde los planteamientos del ecofeminismo y la soberanía alimentaria, en estas propuestas. Como fruto del estudio, se generan una serie de recomendaciones al respecto, con el objetivo de que sirvan como referencia para la elaboración de futuras estrategias agroalimentarias urbanas. La presentación del documento se divide en diferentes secciones. Comienza con una primera parte introductoria que sirve para contextualizar la cuestión y presentar los objetivos y preguntas de investigación, así como la estructura del documento. A continuación, se realiza la exposición de la revisión bibliográfica y el marco teórico, donde se presentan las propuestas que componen el marco teórico desde el que se aborda la investigación: la soberanía alimentaria y los ecofeminismos. El siguiente apartado se centra en describir la metodología empleada, abordando el diseño de la investigación, la presentación de las estrategias agroalimentarias municipales analizadas y definiendo las categorías de análisis que encuadran la investigación. Más adelante se da paso a la exposición de las evidencias y su discusión, organizado por las categorías y niveles de análisis definidos. Por último, se exponen las conclusiones alcanzadas, donde se destaca la ausencia de la integración de la perspectiva de género, desde los planteamientos de la soberanía alimentaria y los ecofeminismos, en las estrategias agroalimentarias municipales analizadas, y se termina con una propuesta de recomendaciones para su abordaje en el diseño e implementación de futuras estrategias agroalimentarias urbanas. |
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