Sumario: |
Muchas veces, en el seminario, los novicios debíamos dar charlas de cualquier tema, hasta de los más inimaginables. Me recuerdo hablando ante un grupo de indígenas en la comarca Kuna-Yala en la frontera Panamá-Colombia, sobre el Deuteronomio y sus misterios salvíficos; no olvido cuando impartíamos charlas prematrimoniales sin saber nada de nada de esa realidad inevitable, los futuros esposos salían convencidos, luego de oírnos, que los ojos de Dios los vigilarían aún en la oscuridad de sus alcobas, algunos feligreses nos creyeron que al otro lado del altar les avecinaba un paraíso, digo nos creyeron porque nadie regresó nunca a reclamarnos. |
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