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El artículo analiza las significaciones dispares que tuvieron estos términos en distintos pensadores de la literatura argentina en la primera mitad del siglo XX. El concepto de folklore, secundado y matizado por las distintas valoraciones de lo gaucho y lo criollo, se construye en este período a partir de la presencia subyacente de oposiciones binarias tales como alta cultura/cultura popular, oralidad/escritura, rural/urbano, nativo/extranjero, universo tradicional/medios de comunicación masiva. Un recorrido por los aportes de Ernesto Quesada, Ricardo Rojas, Robert Lehmann-Nitsche y Juan Alfonso Carrizo, entre otros, permite observar la intersección de estos factores en sus definiciones de folklore a las que se agrega la relevancia respectiva de los componentes culturales indígenas, hispánicos y/o europeos. |
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