Repositorio Bibliográfico Biocultural

Somos un mismo pueblo con culturas diversas

Sumario: En México desde el 2003 se crean lo que se conoce como tianguis y/o mercados ecológicos locales (TMEL), que procuran ser espacios de acercamiento entre pequeños productores, muchos de ellos aún campesinos y los consumidores de áreas urbanas, buscando expresar modos alternativos de vida, más justos y equitativos y sin que se deteriore el medio ambiente. Sin embargo a la fecha no hay investigaciones para conocer si se cumplen o no los planteamientos que se proponen desde su origen los TMEL. Por ello y empleando como ejes teóricos el de la economía solidaría y el de la agroecología se propuso conocer la dinámica que se genera entre productores y consumidores que participan en los TMEL y cómo influyen en la configuración de esquemas más sustentables de producción y consumo y su impacto en la conservación de la diversidad biológica y cultural. Se trabajó con 6 TMEL en México y con la Red Mexicana de TMEL, en dónde se aplicó una encuesta, se realizaron entrevistas semiestructuradas y talleres participativos a productores, consumidores y actores externos a los TMEL. Encontrando que muchos de los productores practican una agricultura ecológica a pequeña escala, empleo de insumos locales y el manejo de la diversidad biológica y cultural son importantes para mejorar la oferta de alimentos. Sin embargo en el análisis de los mercados locales se observó que un factor que limita la consolidación de dichos proyectos es lo relacionado con la oferta de alimentos, que aún es insuficiente para la demanda existente. Se apreció así mismo que se hacen esfuerzos desde cada mercado local y de la red para dinamizar actividades que mejoren la oferta, a través de procesos organización y capacitación participativos, un ejemplo es lo que ocurre con la propuesta del Sistema de Certificación Participativa, que busca que los actores comprendan los mecanismos de producción y las limitantes para ampliar la oferta y con ello generar un sistema más dinámico entre quien produce y consume. Se concluye que en aquellos lugares en donde además de la venta de alimentos se dinamizan otras procesos de análisis sobre los niveles actuales de consumo (talleres, conferencias, préstamo de información bibliográfica), permite que haya una mejor comprensión sobre la importancia de la participación de todos los actores, no solo para alimentarse mejor, sino para mejorar la calida de vida de las personas que producen, repercutiendo positivamente en la conservación de la diversidad biológica y cultural. Así mismo se sugiere que los mercados locales deben articularse con otras organizaciones sociales que trabajan por alcanzar la soberanía alimentaria, para no quedar como experiencias aisladas y transitar hacia la conformación de tejidos sociales más sólidos y fuertes, frente al embate del modelo neoliberal.

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