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Los numerosos conflictos socio ambientales que vive el Perú son particularmente sangrientos y violentos. Para entender esto debemos partir de dos factores: Por un lado, el aumento de la extracción de energía y de materiales de las entrañas de Perú, es decir, el aumento y los cambios del “metabolismo social” en una economía extractivista que, no siendo nueva, es sin embargo más voluminosa que nunca y por otro lado, la implantancón del neoliberalismo y el rol que este sistema le ha asignado a nuestro país en la acumulación de capital a nivel mundial. Analizaremos cuáles son los actores de esta penetración, el colonialismo interno y quienes se resisten a ellos. La implantación del neoliberalismo en el país ha sido el resultado de una construcción paulatina por parte de los diferentes gobiernos desde el gobierno del presidente Fujimori con el famoso “Fujishok”. Veremos como los gobiernos preparan el terreno al extractivismo con la dación de leyes, la distribución de las riquezas en forma de concesiones mineras y petroleras y el rol que atribuyen a las fuerzas policiales. En el plano comunicacional se difunde y erige, entre otros, el lema “Perú, país minero”; analizaremos si esto es una certeza y las consecuencias de dirigir toda la economía hacia esa producción. La producción y exportación de los minerales e hidrocarburos ha dado lugar a mucha ganancia para las empresas extractivas; muchas actividades económicas viven de la extracción y exportación: el sector transporte terrestre, marítimo, servicios diversos, han traído bonanza económica a la capital, Lima. Observaremos qué empresas son, si son mayoritariamente transnacionales y de qué proveniencia, canadienses, estadounidenses y últimamente chinas y el historial de contaminación y de violación de DDHH que puedan tener. También el rol que juega la aparición de China dentro de la economía peruana que en muy pocos años se ha convertido en el principal receptor de las exportaciones del Perú, hecho que viene a remodelar la arquitectura de los intercambios y políticas del país y también tiene consecuencias a nivel de los partidos políticos de izquierda. Frente a esto los habitantes que se resiten a la penetración del extractivismo. Son las comunidades y pobladores al contacto diario con la tierra, con el agua, con el territorio, que se resisten a perder sus riquezas naturales, sus formas de vida, su identidad, su cultura, su soberanía alimentaria. Veremos quiénes son, de qué manera toman conciencia, como se organizan y actúan para reclamar sus derechos y hacer oir su voz. Así mismo, veremos qué otros actores intervienen en la resistencia para apoyarla. Analizaremos varios casos y demostraremos así que la conflictividad socioambiental es provocada por dos mundos que corren paralelamente en sentido inverso: uno busca preservar la vida y el otro extraer beneficios sin importarle las consecuencias.
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