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Actualmente el sector agrario en México se caracteriza por una creciente polarización manifiesta en la existencia de un reducido grupo de productores comerciales altamente competitivos y un enorme grupo de campesinos inmersos en la subsistencia. Asimismo, la actividad agrícola, en particular la producción de los principales granos básicos de la dieta mexicana -maíz, trigo, frijol y arroz- ha visto limitado su crecimiento, impactando no solo a los productores agrarios, sino también a la disponibilidad de alimentos para el abasto nacional obtenidos de la producción doméstica. Si bien la situación actual del campo mexicano se gestó durante las primeras décadas del siglo pasado, se agudizó desde el momento en que el sector agrario dejó de ser prioritario en las políticas públicas estatales, y ha continuado agravándose a partir de que el Estado mexicano asumió el modelo neoliberal, siendo las acciones más relevantes en este contexto, la apertura comercial, las modificaciones en el marco normativo y la reorientación de la intervención estatal en el sector. En esta Tesis se definió como objetivo principal de la investigación la contrastación de la siguiente hipótesis: Las políticas públicas para el campo mexicano han generado la dependencia alimentaria y profundizado la pobreza dando lugar a diferentes estrategias campesinas de supervivencia, lo que señala la necesidad de formular una política agroalimentaria propia basada en los principios de la soberanía alimentaria. Con el fin de cumplir el objetivo señalado, se diseñó una metodología que permitió realizar un análisis a nivel nacional, que muestra la tendencia de las principales variables que reflejan la dinámica del sector agrario, así como el comportamiento de la pobreza rural, durante la fase neoliberal. De igual forma, fue posible efectuar un análisis a nivel familiar, que da evidencia de las condiciones en las que se encuentran los campesinos de las localidades rurales pobres muestreadas y la manera en que enfrentan la situación prevaleciente en el sector. De los resultados obtenidos se deriva que una de las principales consecuencias de las políticas públicas enmarcadas en el modelo neoliberal, es la desestructuración de la capacidad productiva de granos básicos, lo que ha conducido a que durante las tres últimas décadas el país ha registrado una alta dependencia alimentaria del exterior, en particular de los granos básicos mencionados, tornando vulnerable el sistema agroalimentario mexicano. Simultáneamente se observa una creciente y alarmante pobreza rural, lo que ha orillado a los campesinos a la implementación de diversas estrategias no agrícolas para la obtención de ingresos, aunque con resultados magros en su nivel de bienestar, logrando apenas su supervivencia. Igualmente han incidido negativamente en otros ámbitos de carácter nacional, como el económico, que se refleja en la balanza comercial agropecuaria, y en el social, al generar efectos como la emigración. Entre las principales conclusiones derivadas de los análisis realizados, destacan: i. México enfrenta una situación de vulnerabilidad alimentaria preocupante, al depender de la importación de alimentos estratégicos de la canasta básica para cubrir el consumo aparente. Por tanto, requiere replantear su sistema agroalimentario desde una perspectiva diferente al modelo neoliberal, siendo una alternativa factible retomar los principios básicos del concepto de soberanía alimentaria. ii. Precisa recuperar la productividad de los granos básicos analizados, lo que contribuiría significativamente a satisfacer la demanda interna, así como a abatir la pobreza rural. Esto exige, además de reactivar la producción, regular la apertura comercial al menos de los granos de la canasta básica alimentaria. iii. En el contexto actual, es indispensable la reincorporación de los campesinos y medianos productores agrarios como abastecedores de alimentos. iv. Actualmente, la agricultura destinada a la producción de granos básicos no es una actividad que permita cubrir las necesidades básicas, alimentarias y no alimentarias, de las familias entrevistadas, las que muestran vulnerabilidad alimentaria e inestabilidad en la obtención de ingresos. v. Las diversas estrategias que están implementando los campesinos entrevistados, no están ni siquiera permitiéndoles satisfacer la principal necesidad humana: la alimentación. Una política agroalimentaria específica para México, debe partir, entre otros aspectos, de reconocer el problema alimentario y la pobreza rural; proyectar una política agroalimentaria regionalizada, diferenciada e incluyente; priorizar el derecho a la alimentación; armonizar los instrumentos de política pública y las funciones institucionales; definir una política relativa al cambio climático; generar estrategias y acciones con distintos horizontes temporales; replantear la distribución de los recursos públicos; así como retomar y redireccionar las funciones del Estado hacia el sector agrario. Asimismo, resulta importante que incluya los ámbitos sociocultural, productivo, comercial e institucional. |
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