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El cambio y la variabilidad climática afectará en forma negativa la producción y el acceso a alimentos saludables y diversos. En Uruguay, la fruticultura tiene un fuerte vínculo histórico con la producción de alimentos y la agricultura familiar. El principal destino de la cosecha es el consumo interno como fruta fresca y el 80% de la producción se realiza en predios familiares. La concentración geográfica del cultivo en el sur del país aumenta la exposición a la variabilidad climática y se considera uno de los factores que explican la vulnerabilidad. La producción total en 2013 fue la más baja desde 2005, atribuida a una tormenta de viento y granizo que afectó un 46% del total cultivado. Se analizó la vulnerabilidad climática de la fruticultura en Uruguay mediante la Intensidad de Daño, indicador calculado a partir de las pérdidas en la cosecha, y su relación con la concentración geográfica de la producción. La integración de las Intensidades de Daño en un SIG permitió identificar el patrón de distribución espacial del granizo, coincidente con el área de cultivo. Desde la Agroecología se discute una propuesta de diversificación a escala de paisaje como una estrategia para reducir la vulnerabilidad de la fruticultura en Uruguay, que permita, además, generar procesos de fortalecimiento de la soberanía alimentaria y la agricultura familiar. |
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