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La represión creciente de las resistencias al modelo de desarrollo vigente hacen del mundo un lugar peligroso para los activistas. Según Naciones Unidas (2017), tres de cada cuatro asesinatos de defensores de derechos humanos ocurren en las Américas, de los cuales 41% eran contrarios a proyectos extractivistas o defendían el derecho a la tierra y a los recursos naturales de los pueblos indígenas. Partiendo de esa realidad, este artículo analiza el papel de los movimientos sociales en las disputas sobre los sentidos del desarrollo en América Latina y Caribe, con foco en las luchas contra el extractivismo. Para ello, se ha realizado un mapeamiento de estas luchas a partir de un banco de datos con 259 conflictos en torno a la minería, desarrollado por el Grupo de Relaciones Internacionales y Sur Global (GRISUL), para mostrar sus impactos en diversas dimensiones (como medio ambiente, género, territorios indígenas, desplazamientos de población, entre otros), así como los procesos de criminalización surgidos frente a los mismos. Además, mostraremos también la tendencia regional de construcción de alternativas al modelo extractivista dominante |
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